Los expertos coinciden: el inmobiliario saldrá beneficiado del fondo europeo contra el covid-19

El sector inmobiliario español se muestra positivo ante los meses venideros y ve en las ayudas procedentes de Europa una mano tendida a la recuperación del negocio del real estate en el país. Después de que los líderes europeos llegaran a un acuerdo para crear un fondo de reconstrucción de 750.000 millones de euros para luchar contra la crisis del covid-19, de los cuales España recibirá 140.000 millones de euros, los profesionales inmobiliarios han dado su punto de vista sobre cómo podrá beneficiarse el sector a corto-medio plazo. Consultoras como CBRE, Savills-Aguirre Newman o Colliers, y economistas hablan sobre cómo impactará este préstamo en sus negocios y de qué manera podría salir beneficiado.

Susana Rodríguez, CCO de Savills-Aguirre Newman, asegura que “teniendo en cuenta que la evolución de los fundamentales inmobiliarios es directamente proporcional a la evolución del PIB, y que necesitamos mayores tasas de crecimiento que nuestros vecinos europeos para generar empleo, estas ayudas serán fundamentales para el sector”.

La directiva también cree que la transformación digital será clave en esta inversión, con puntas de lanza como la digitalización de las Administraciones Públicas (como ya se hizo con Hacienda), “que cambiaría de forma radical nuestra interacción con el sector público, agente clave en los procesos de desarrollo de suelo, tanto para actividades económicas como para vivienda, en venta y alquiler, así como en la muy necesaria agilización de los procedimientos de concesión de licencias”.

Mikel Echavarren, consejero delegado de la consultora inmobiliaria Colliers, también ve un impacto directo de estas ayudas en el negocio residencial en España. “En la medida en que se destine una parte de sus recursos al sector residencial, ya sea con programas de incentivo de compra de vivienda de los jóvenes o para el desarrollo de viviendas en alquiler, evidentemente tendrá un impacto positivo, pero hasta el momento no hay ninguna evidencia de que el Gobierno se haya planteado usar parte de los recursos para este fin”, dice.

No obstante, Echavarren es cauto: “todavía es muy pronto para evaluar cuál podría ser el impacto en el sector inmobiliario, porque desconocemos en qué se va a gastar ese dinero y también cuáles son los condicionantes que va a exigir Bruselas para su recepción. Si el condicionamiento del uso de ese dinero supusiera recortes en gasto público y en pensiones, indirectamente tendría un efecto negativo difícil de cuantificar en el sector inmobiliario. En cualquier caso, una inyección de dinero de ese nivel debería impactar muy positivamente en el mantenimiento de la actividad económica en España, en la sostenibilidad del empleo, y como consecuencia de forma muy favorable en el sector residencial.”

Por otro lado, la consultora CBRE ve el potencial de esta ayuda, sobre todo, en la construcción de edificios sostenibles como generador de empleo, así como la regeneración y renovación urbana. “Es importante destacar el potencial que tiene la inversión de parte de esos fondos en construcción sostenible por su capacidad de crear empleo en el corto plazo, y porque va también en la dirección de favorecer la transición ecológica que es, junto con la digitalización de la economía, uno de los pilares en los que se basa el plan para la reconstrucción de la economía europea post covid-19. En este sentido, el objetivo sería la adaptación del parque de edificios y viviendas existentes, con un nivel de obsolescencia considerable, a las energías limpias y renovables. Además, por cada vivienda de obra nueva que se construye se generan tres empleos directos, por lo que se debería incentivar al sector inmobiliario residencial, y favorecer las hipotecas verdes”, explican.

Dato en el que coincide Rodríguez de Savills-Aguirre Newman: “la transición ecológica será crucial para conseguir estas ayudas, y si los edificios son los responsables del 30% del consumo energético global y de las emisiones de CO2, para alcanzar los compromisos ambientales a los que nos obligan para acceder a las ayudas como país será necesario acercarnos a los estándares de los edificios de consumo casi nulo, lo que cambiaría definitivamente los procesos de diseño y construcción en nuestro sector, y por lo tanto nos obligaría a la rehabilitación de un porcentaje elevado de nuestro parque inmobiliario existente”.

En esa misma línea, Daniel Lacalle, economista jefe de la firma de banca privada Tressis, cree que lo más positivo es que con esos fondos se van a poder llevar a cabo “planes de renovación energética de todo tipo en los edificios”, lo que será un revulsivo para el sector de la construcción y empresas especializadas en reformas o rehabilitaciones, y que permitirá a España avanzar en materia de eficiencia. Sin embargo, duda de que las ayudas puedan tener un impacto directo en sectores como el residencial o el ‘retail’, uno de los más castigados desde que estalló la crisis del covid-19. “No creo que por este motivo vayan a crecer mucho las transacciones de viviendas ni que vayan a cerrarse por un precio superior en un momento como este, aunque sin duda la mejora energética permite que las casas tengan más salida en el mercado”, asevera Lacalle, que recomienda establecer incentivos fiscales como fórmula para reflotar al sector.

Además, el economista pide cautela a la hora de valorar este tipo de ayudas, y pone como ejemplo a países como EEUU, Reino Unido o Japón. “Es evidente que estos planes sirven para mitigar un efecto negativo, pero no está tan claro que puedan ser un impulso”, añade.

María Jesús Fernández, economista senior de Funcas, también recela del ‘efecto palanca’ que puedan tener las ayudas europeas, y fía el futuro a la evolución de la pandemia. “El fondo no es ninguna varita mágica, no creo que tenga apenas impacto en despejar las enormes incertidumbres que hay ahora. Si se agravan los rebrotes, si hay nuevos confinamientos, si el turismo internacional no vuelve a algo cercano a la normalidad (no ya este año, sino el próximo), la economía seguirá resintiéndose. Sirve para calmar a los mercados financieros, al menos a corto plazo, pero creo que su efecto sobre la incertidumbre que afecta ahora a la toma de decisiones es escaso”, sostiene.

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